Crónica: Resurrection Fest (3/4)

VIERNES 28

 

Casi sin querer nos habíamos plantado ya en el tercer día de festival, en el que reinaban los cielos nublados y algo de amenaza de lluvia. Empezábamos a ver un poco de cansancio en las caras de la gente que paseaba por Viveiro a lo largo de las horas previas al Resu porque, debemos recordar que este festival no es solo música, también nos encanta disfrutar de la buena gastronomía gallega y de lo bonita que es esta población, la playa de Cobas y los alrededores.


Los chubasqueros se habían convertido en los protagonistas del día pero la lluvia no iba a impedir que disfrutásemos del viernes. Llevábamos ya mucha tralla encima pero estábamos dispuestos a continuar al mismo ritmo. Y es que la tercera jornada abría potente con The Descent. Formación bizkaina que siempre da unos bolos con un nivelazo tremendo. Para eso de las tres y diez ya teníamos finiquitados a The Descent en el Desert y nos movíamos rápidamente hasta el Chaos para seguir con bandas bizkainas ya que llegaban Frakture dispuestos a darlo todo a pesar del tiempo regulero que teníamos en Viveiro. A la par, Teksuo se subían al main stage para dar paso a la tercera banda bizkaina de la jornada, Rise to Fall, que le dieron un buen repaso a toda su discografía. Temazos como “Redrum” hicieron retumbar a todo el recinto del Resurrection Fest en un show que fue todo un derroche de energía y buen rollo.



Echamos una carrera para llegar a tiempo a una banda que despertaba nuestra curiosidad: Jiluka. Habíamos visto alguna imagen de este grupo japonés que nos trasladaba una sensación un tanto surrealista y queríamos comprobar si eso era cierto. Y confirmamos plenamente. La banda parece sacada totalmente de un videojuego, tanto su vestimenta como su apariencia física y la verdad es que enganchan. Temas pegadizos y muchísima energía que de alguna manera los hacían adictivos. Muy llamativos sin duda.



De Jiluka y su estética original, pasábamos de nuevo al Ritual para recibir a unos chicos con un nombre casi impronunciable y que recientemente visitaron nuestro país junto a Crypta: Nakkeknaekker. A pesar de lo complicado de su nombre, ellos son muy sencillos y van directos a lo que hay que ir: temas con un gran sonido y un directo con mucha fuerza, lo que choca con su juventud. Una barbaridad. Uno de los conciertos que más destacamos del festival por su buen hacer, lo que transmitían sobre el escenario y su manejo instrumental.



Los ya clásicos Sôber tomaban el relevo a Nakkeknaekker sobre el Main. El escenario principal estaba bastante lleno para recibir a Carlos Escobedo y sus chicos que siempre llegan sonrientes y con una actitud que desprende alegría. No se liaron mucho y comenzaron a tocar a todo gas de la que se subieron al stage. Un escenario sin mucho aderezo pero que gracias a los efectos de las luces quedó resultón. Ellos lo hicieron bien y en los hits más conocidos como “Arrepentido” pudimos ver al público coreando a pleno pulmón.



La tarde se ponía golosa ya que, después de un solape algo pasadas las ocho de la tarde entre Future Palace y Viva Belgrado en el Ritual y Chaos Stages, venía uno de los platos fuertes de la jornada: Corey Taylor. Al igual que Bruce Dickinson en el día anterior, Corey venía en esta ocasión sin ninguna de sus dos bandas, ni Slipknot ni Stone Sour. Sin embargo, para deleite de muchos de sus fans, el bueno de Corey decidió incluir en el setlist alguna cosita para amenizar la velada como “Duality” de su banda principal, alternando temas más conocidos con otros propios en solitario. Buena actitud y buen show.



Después, bajo una lluvia que se había convertido en algo ya bastante intenso, llegaban Imminence al Chaos Stage. Personalmente una de las bandas a las que más ganas le teníamos en el Resu y no defraudó. Abriendo con la brutal “Heaven Shall Burn”, interpretaron tema tras tema bajo el aguacero que calaba a la multitud. Pero nos dio igual porque el conciertazo lo merecía. Una pena que se nos hiciese cortísimo a pesar del mal tiempo. Hubiésemos estado otra hora más.


 

Drug Church tocaban al mismo tiempo que Imminence, por lo que no nos acercamos hasta el Chaos y nos reservamos para volver de nuevo, como había ocurrido el primer día con Sum 41, a nuestra adolescencia durante una hora y media. Llegaban The Offspring al Main Stage a las once y media en punto de la noche y desde principio a fin aquello fue un no parar. La lluvia había rebajado un poco su intensidad y dio algo de tregua para disfrutar de temazos como “Want You Bad”, “Why Don’t You Get a Job” o “Pretty Fly (For a White Guy)”. Un público volcadísimo que no dejaba de cantar todos y cada uno de los singles que iban sucediéndose. Cerraron con la archiconocida “Self Esteem”, demostrando que a pesar de los años, The Offspring son una formación que sigue a tope.


Para acabar el día, Accept tocaban en el Ritual Stage a la una en punto de la madrugada y, después, para los más animados, los ya clásicos Me Fritos and The Gimme Cheetos se subían al main a seguir con la fiesta. Nunca fallan.


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